Fuente: Diario Información de Elche.
La investigación detecta que en las personas con dependientes a su cargo se aceleran las enfermedades a las que son más propensos.
La Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) está participando en la actualidad en una investigación dirigida por los profesores del Departamento de Psicolobiología de la Universidad de Valencia Esperanza González Bono y Luis Moya Albiol para tratar de conocer en qué medida los cuidadores familiares de personas con autismo y otras afecciones similares pueden estar sometidos a un estrés crónico con repercusiones negativas para la salud. Por el momento, los investigadores ya han detectado que el estar a cargo de un dependiente puede acelerar aquellas enfermedades a las que el cuidador es más propenso, como también reveló una investigación previa que se centraba en los cuidadores de personas esquizofrénicas. Las patologías pueden ir desde tumores o afecciones cardiovasculares hasta catarros, gastritis, vértigos o dolores de espalda. Asimismo, el trabajo también ha revelado por ahora que en torno a la mitad de los cuidadores consumen tres o más fármacos, y en muchos casos ansiolíticos. Los primeros datos también apuntan a que el estado de salud empeora en función del grado de dependencia de la persona que está a su cargo, de cuál es la percepción de sobrecarga que tiene el cuidador y de la forma en la que afrontan la situación. Por otro lado, como precisa Luis Moya Albiol, "las redes sociales son más reducidas porque acaban aislándose".
El proyecto, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, comenzó a principios de año y se prolongará hasta finales de 2011. Hasta la fecha, los investigadores ya cuentan con 40 cuidadores de Valencia y unos 20 de la provincia de Alicante, especialmente madres biológicas, seguidas por padres. El profesor del Departamento de Psicología de la Salud Miguel Ángel Serrano es el encargado de la coordinación en la UMH. Además de sensibilizar a la población y definir con datos científicos el estado de salud de las personas que cuidan de forma prolongada a familiares cercanos, el objetivo, según explica Luis Moya Albiol, es, "sin entrar en valoraciones políticas, informar a las administraciones de la necesidad de habilitar más recursos, como centros y ayudas a domicilio para estas familias". Además, el equipo se plantea a largo plazo colaborar en la programación de terapias que ayuden a mejorar la salud y la calidad de vida de los cuidadores.
En el estudio, el grupo recoge datos del cuidador en el domicilio a través de un cuestionario que indaga en aspectos personales, psicológicos y socioeconómicos. Posteriormente, también se someten a pruebas, en esta ocasión en el laboratorio, con el fin de analizar su estado de salud a través de variables hormonales, inmunológicas, cardiovasculares y psicológicas. La intención es ver el grado de estrés y la respuesta que dan a este tipo de situaciones. Para ello, se simulan ciertas situaciones y se les toma una muestra de saliva, antes, durante y después de la realización de diversas tareas. Además, están conectadas a un electrocardiograma. Luis Moya Albiol reconoce que ya hay otros estudios previos que abordan este tipo de cuestiones, pero afirma que "la novedad de esta investigación reside en su visión integradora de los aspectos psicológicos y biológicos".
Esquizofrenia. Los investigadores concluyeron hace unos meses una investigación en la que trataban de ver en qué medida se ven afectadas las personas que están a cargo de una persona con esquizofrenia. Para la realización de este primer proyecto, se contó con 47 cuidadores, mayoritariamente madres también. Los resultados demostraron que la principal preocupación de los cuidadores es quién se hará cargo de sus hijos cuando ellos ya no puedan hacerlo. Además, descubrieron que cuentan con una red social más limitadas, un peor estado de ánimo y una salud más deteriorada que personas de su misma edad que no son cuidadores.